No sé si estos trenes seguirán ahí, oxidándose en una especie de basurero improvisado a la entrada del Barrio Chino de la Habana. La foto la hice en el 2009.

domingo, 6 de octubre de 2013

VAGÓN 204

He separado este vagón 204 del resto para no mezclar la historia política con mi historia personal -aún cuando esto es prácticamente imposible. En él he puesto a hablar al Dictador, esa voz mono-ilógica que ha marcado la vida de nos/otros con la recurrencia de lo siniestro...


Descubriendo el agua tibia

En las etapas al campo, en el preuniversitario, en la beca de F y 3ra... en todos esos sitios en que vivíamos de manera obligatoria, era un sueño o un privilegio bañarse con agua caliente. Algún padre hacía aquel artilugio de las laticas de leche condensada para calentar el cubo, pero estaban tan perseguidas (al menos en el IPVCE de Pinar) que era preferible usar el agua fría, helada. En F y 3ra ni siquiera teníamos agua (vivía en el piso 12 y tenía que subir los cubos por la escalera), o bombillos con que alumbrarnos en la sala. En casa, el calentador de agua casero casi electrocuta a mi hermano al quedarse enganchado en el "catao". Desde ese episodio, nunca más osé encender aquella ducha. Ayyy!, ¡así que la revolución energética!!!

En uno de esos tantos discursos dirigidos a los estudiantes en el Aula Magna, Castro habla de la revolución energética que por el 2004 empieza a atormentar su envejecida capacidad de planificación y que, como se lee en este artículo de Diario de Cuba ha sido un descalabro, al cabo de una década.
En un fragmento de aquel discurso en el Aula Magna, Castro dialoga con los estudiantes en busca de, como diría con ironía, "la ciudadana ideal": esa que nunca cocinó con hornilla eléctrica hecha por merolicos, o usó calentadores de agua caseros, o ventiladores hechos con el motor de la Aurika. Esa ciudadana que en el colmo de su corrección no mandaría a "enrollar" ilegalmente el motor del refrigerador si se rompiese...
En otras palabras, la que se podía morir de frío, sed, calor, y hambre, porque precisamente creando artilugios de este tipo es que se podía mejorar un poco la calidad de vida en ese país a espaldas de la tecnología.


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