No sé si estos trenes seguirán ahí, oxidándose en una especie de basurero improvisado a la entrada del Barrio Chino de la Habana. La foto la hice en el 2009.

martes, 3 de agosto de 2010

LA VIDA DE NOS-OTROS



Agradezco el milagro de leer las vidas de los otros... A Orlando, por ese retrato esparcido en nuestra errancia, que nos empeñamos en borrar para que los días no nos señalen con la culpa de la ceguera...


TODO SOBRE MI PADRE, por Orlando Luis Pardo Lazo.


Mi padre no pidió limosna, aunque dependió de un hermano y otro hijo en USA. Mi padre no tuvo que salir a la calle a vender un paquetico de nada, aunque dio clases de inglés a domicilio como un caballo. Mi padre vivió en casa hasta los 81, cuando prácticamente ya era sólo el padre de mi madre (se llevaban 17 años). Mi padre, el abuelo que nunca tuve de grande.
Cada día regreso de la calle con mi padre en la cámara Canon y la cabeza calcinada por tanto sol y tanta soledad. Casi no hice fotos de mi padre en vida. Y ahora pago el precio de ese descuido de adolescente (fui su hijo de la vejez).
Por eso me lo encuentro por las aceras y soportales cubanos. Boqueando, mal afeitado. Con ropa humildísima que olía siempre a cigarros Populares de 1.60 pesos (un aroma que extraño: todos los fumadores apestan, excepto él). Un tipo tan tierno, cuando yo me atrevía a decirle al menos media palabra. Tan torpe para las cosas prácticas, tan iluso para las letras inútiles. De mirada inmortal cuando mi psico-rigidez me permitía decirle de vez en cuando (de voz en cuando): papá…

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